Confianza

En el tema de liderazgo tengo una cosa clara: confiar en uno mismo y en tus compañeros es indispensable. La palabra viene del latín y básicamente quiere decir “tener fe o seguridad compartida con alguien o con uno mismo”, y como si fuera de una religión, debemos tener fe, pero esta fe se construye, y la fe en uno mismo es la primera que debemos construir; no vamos a poder confiar en nadie si no confiamos en nosotros mismos.

Suena lógico, pero a la hora de tener que tomar decisiones, de comunicar, de ejecutar ideas, etc., necesitamos hacerlo sin el pensamiento de que vamos a hacerlo mal o que estamos yendo por el mal camino. Para que algo falle, lo primero que falla es nuestra mente intentando buscar la forma perfecta de hacer algo, buscando el fallo; por ello muchas veces no tenemos esa “FE”, por eso se derrumban nuestros planes al no confiar.

De esta misma forma, el primer paso para que algo funcione o salga bien es que pensemos que es posible, que lo que estamos proponiendo es la opción más óptima.

Y todo esto parte de cómo nos hablamos; primero debemos hablarnos a nosotros mismos con confianza y con fe, sabiendo que nuestro ser ya es capaz de liderar. Es un trabajo diario, que debemos ser conscientes de que al hablarnos confiando, para generar confianza.

Esta práctica no la puede hacer nadie más que nosotros y, a diferencia de la confianza en otros, nuestra autoconfianza no se debe romper aunque fallemos, ya que lo que debemos tener en cuenta es que no podemos castigarnos por fallar; debemos seguir insistiendo, con ideas nuevas, con mentalidad positiva y confianza.

Para trabajar esto, repito, es necesario hablarnos con amor, con fe, sin castigarnos, sin buscar algo que no existe, que es la perfección, o bueno, no existe de la forma que pensamos.

Te invito a que empieces ese camino de darte amor y confianza; no hay mejor forma de vivir en plenitud que sentirte capaz.

Anterior
Anterior

Notas

Siguiente
Siguiente

Ideas